Antes de nada, quería darte la Bienvenida y agradecerte también desde aquí, el haber entrado a este Diario de Mimos donde trataré de ir aportando varias de mis reflexiones acerca de crecimiento personal, que me lleva apasionando desde que tengo 15 años cuando ya empezaba a interesarme por estos temas, haciéndolo siempre desde el más absoluto cariño y compartiendo contigo mis pensamientos más sinceros y profundos acerca de lo que voy sintiendo y me apetecía muchísimo compartirlo de alguna manera, así que comienzo por aquí, porque siempre hay que empezar de alguna forma y esta ha sido la más sencilla para mí.
Siempre hemos de dar pequeñísimos pasos, los más fáciles que podamos dar en el momento en el que nos encontramos, para poder después comenzar un bonito y largo recorrido que nunca sabemos a dónde nos llevará.
Hace ocho años comenzaba mi blog sobre maquillaje y hoy miro hacia atrás y veo todo ese maravilloso camino que me ha llevado hasta justo donde estoy ahora y que jamás habría imaginado, así que es hoy desde donde comienzo esta nueva andadura que quién sabe dentro de ocho años hasta dónde me llevará. Te invito a que si tienes pensado hacer algo que de verdad sientas que te gusta, comiences por el paso más sencillo que podrías dar. En mi caso, mi pequeño paso comienza aquí o, mejor dicho, comenzó ayer durante el primer Directo en Instagram tratando este tema que tanto me apasiona y dando el pistoletazo de salida gracias a mi Diario de Mimos, que tantas alegrías me está dando.
Puesto que es el primer artículo que lanzo sobre el “Diario de Mimos”, quiero explicar bien cómo y para qué lo hago.
Hará cosa de un mes y medio me di cuenta, a raíz de hablar con muchas mujeres especialmente, de que al final nos preocupamos tanto por dar todo a los demás que nos perdemos por el camino. Sea a nivel personal, familiar o laboral, llega un punto donde te paras a mirarte al espejo y te das cuenta de que te has vuelto invisible.
¿Dónde estás? ¿Qué te ha pasado? ¿En qué punto del camino te has perdido?.
Ya no tienes tiempo para nada, así que muchísimo menos, tienes tiempo para ti… Y eso es algo que no podemos permitirnos, porque realmente nos merecemos todos los mismos del mundo que nosotras mismas podamos darnos.
Al final parece que si nos centramos en concedernos tiempo de calidad para nosotras, estamos siendo egoístas y malas personas. Nos han hecho creer eso durante tanto tiempo que nos sentimos mal si nos “desviamos” de ese camino que nos han marcado, así que nos anestesiamos a nosotras mismas bajo distintos roles o máscaras que nos ponemos, para dar la mejor cara de nosotras mismas y lo mejor de nosotras en casa, con amigas, en el trabajo, con la pareja… da igual… cada una en su ámbito, pero se nos olvida que detrás de todos esos roles y todas esas máscaras, estamos nosotras y nuestra auténtica esencia.
Por eso, comencé a apuntarme cada día esas mínimas pequeñeces que parecían insignificantes para recordarme lo que me gusta hacer y sentir que sí que cuido de mí misma también. Si nosotras estamos bien con nosotras mismas y nos mimamos, tendremos muchísima más energía para mimar también a los demás, sin quedarnos vacías, que es lo que nos pasa si no. Si sólo sale nuestra energía fuera, y sólo se la damos a los demás, y no metemos recargas de energía, acabamos totalmente apagadas “o fuera de cobertura” con ese sentimiento adicional de no llegar a nada, de que el tiempo y la vida pasan volando y nos están consumiendo sin darnos siquiera tiempo ni la oportunidad de disfrutar de nada.
Por eso, a pesar del nombre de Diario de Mimos, aparentemente tierno y dulce y delicado (que lo es) se esconde una fuerza y una potencia como no imaginamos. Quise ponerle ese nombre porque comprendí que tenemos que mimarnos, literalmente.
Muchas veces nos venden el slogan de “hay que quererse más”, “quiérete más” y blablabla pero no nos dan las herramientas ni nadie nos enseña cómo, porque al final el sistema se encarga de tenernos bien educadas (domesticadas) para que no seamos libre pensadoras y nos sintamos mal si hacemos algo por y para nosotras (hablo en femenino porque la mayoría sois mujeres aquí, pero por supuesto me refiero al conjunto de la sociedad en general, hombres y mujeres).
Por eso, la idea del Diario de Mimos me pareció muy fácil y sencilla; era mucho más fácil que el tan complejo y grande “quiérete más” y una forma muy simple de por dónde empezar ya que todas entendemos bien el significado de la palabra “mimos”…y
¿Qué mejor para quererse que comenzar por darse mimos a una misma?.
Cuando hablo de mimos no me refiero sólo a mimos materiales, me refiero a cualquier tipo de actividad que nos recargue las pilas y nos guste, sea insignificante o enorme, pero especialmente las insignificantes son las que más poder tienen, porque parecen pequeñas pero en lo pequeño se esconde la grandeza en mi opinión.
Cada noche, antes de acostarme dedico unos pocos minutos, muy pocos, a anotar la fecha del día y hago un listado de cosas que he hecho ese día por y para mí y que me han agradado especialmente, por muy pequeño que parezca.
Por ejemplo, mi listado puede consistir en:
– Me he echado una siesta de una hora en la cama para mí sola.
– Me he dado un baño de veinte minutos en absoluto silencio, disfrutando de la espuma.
– Me he ido a dar un paseo de cinco minutos disfrutando del paisaje o del solecito.
– Me he sentado en un banco a leer.
– Me he pintado las uñas.
– He hablado con mis amigas por teléfono.
– He utilizado apenas wasap hoy y he pasado más rato jugando a risa suelta con los peques.
– Me he comprado una libreta y un bolígrafo preciosos para anotar mi Diario de Mimos.
– Me he comprado un par de pijamas sexys.
– He dejado la casa perfumada antes de salir y al volver y entrar ha sido maravilloso poder oler dicho perfume.
– He comprado un ramo de flores frescas y lo he puesto en la cocina y se ve precioso.
– He ido a la peluquería.
– He escrito una carta a mano a mi madre.
– Me he exfoliado el cuerpo y he utilizado mi albornoz blanco divino después del baño.
– He cantado en el coche el rato que iba sola a grito tendido.
– He estado bailando mientras recogía la casa.
– He ido a desayunar a un sitio con entando que he escogido vía internet y que me parecía precioso.
Este tipo de cosas son las que voy anotando a lo largo de los días. Algunos apunto más, algunos menos, pero básicamente voy anotando todo lo que hago por mí y que me aporta alegría y felicidad, en resumen. Cosas que me gustan, porque muchas veces hasta olvidamos qué es lo que nos gusta hacer, desde cantar, hasta hablar con amigas en persona, reír con los niños, ir al cine, comprarte una tarta que te apetece, yo qué se… cualquier pequeño mimo que tengas contigo misma, sea material o no. Otro día, en otro artículo me gustaría hablaros del tema material, que da para mucho, pero hoy no quiero entrar aún en esto… poco a poco.
En resumen, el hecho de llevar un Diario de Mimos, para el cual os recomiendo que os compréis una libreta y un bolígrafo que os enamore nada más verlo o que ya tengáis y os apetezca utilizar para esto, como primer mimo para vosotras mismas, hace que reconectes con lo que te gusta, con quién eres, con esa entrada de energía que necesitas para poder seguir dando tu energía a los demás y a tu ritmo de vida en general.
Se trata de hacer un alto en el camino, aunque sea mirar por la ventana si eso te gusta, o ponerte una foto del mar en tu escritorio del ordenador, llenar tu nevera con distintos alimentos coloridos, perfumar tu taquilla del gimnasio, comprarte una rosa y ponerla en la oficina… lo que sea. Son sólo ejemplos, pero cada una debe ir averiguando qué es lo que más le va llenando anotar en el Diario de Mimos.
Y lo bueno que tiene este Diario de Mimos y de ahí que te diga que tiene mucha más fuerza y poder de lo que parece a pesar de su nombre… es porque una vez que empiezas cada vez te das más permiso para concederte más mimos. Yo deseo llegar a casa y apuntar cositas en mi Diario, así que voy haciendo cada día más pequeñas cosas por mí.
Es también el mejor regalo que le podemos hacer a las personas que nos rodean, porque nuestro humor, nuestro estado anímico, va a cambiar y gracias a este cambio, todo irá mejor hasta en nuestras relaciones, en lo que nos rodea en general.
A fin de cuentas el Diario de Mimos no está más que para recordarnos quiénes somos, qué nos gusta, qué nos da ese extra de energía, esas pequeñas dosis de felicidad para nosotras y de paso estamos honrando así a nuestra niña interior, que estaría orgullosa de ver lo que comenzamos a preocuparnos también por ella y no sólo por dar todo a los demás.
Sentirnos divas y divinas en nuestra propia casa, en nuestro propio espacio, es algo genial, no es malo para nada y hacer todo por nosotras y no por gustar a los demás. Arreglarnos para vernos guapas nosotras porque nos lo merecemos y no sólo para que nos vean los demás. Ir en casa con un batín divino porque nos sintamos bien con nosotras mismas y no porque nadie vaya a vernos o no con nuestra bata de franela. Podemos estar calentitas en casa de mil maneras sin necesidad de ir de manera que no permitiríamos que los demás nos vieran… por eso… al final, parece que lo hacemos todo por y para los demás y no por y para nosotras, que es de lo que se trata.
Y bueno, creo que para comenzar este apartado dentro del Blog de este Diario de Mimos y de Crecimiento Personal está ya bien, no quiero extenderme más, ya iré escribiendo y compartiendo muchas más reflexiones por aquí y, agradecerte, de nuevo, que hayas llegado hasta aquí conmigo y que quieras comenzar a darte todos los mimos del mundo, empezando por aquí.
Muchas gracias,
Un beso gigante y muchos mimos!!
Ana Aparichi