¿Qué sientes cuando estás al lado de una mujer segura de si misma?
Esta es justamente la pregunta que una debería hacerse cuando se siente incómoda o algo le resulta extraño o incómodo cuando está junto a una mujer que se ve segura de si misma. Cuando vemos a una mujer que muestra esa seguridad y se palpa esa confianza en si misma el hecho de sentir deseos de juzgarla o de criticarla o de sentirnos inseguras de alguna manera, no hace más que mostrarnos algo sobre nosotras mismas.
En mi caso, me ha pasado a lo largo de los años, sobre todo en los trabajos en los que he estado que siempre ha habido alguien, generalmente una mujer por desgracia (no digo que no haya hombres que por supuesto también los hay, pero hablo desde mi propia experiencia laboral), que ha hecho comentarios desagradables o irónicos acerca de mí justamente por realizar mi trabajo de manera eficiente. He tenido ocasión de trabajar en múltiples sectores y distintos puestos de trabajo y siempre ha coincidido que ha sido una mujer la que ha hecho comentarios del tipo: “¿Y esta de qué va? ¿Qué se cree… muy lista?”… obviamente no solía ser delante mía sino siempre a través de comentarios a otras personas pero de manera poco sutil al final.
Si hablaba idiomas porque los hablaba, si sabía de informática porque sabía… la última vez que recuerdo era porque la encargada del área donde estaba pidió si alguien le podía ayudar con un problema con el ordenador, a lo cual me presté porque conocía la solución y lo hice sin más. Bien, pues fue la propia encargada la que posteriormente le comentaba a otras personas que si yo parecía “muy lista” pero con el clásico tono que todas conocemos.
En su día, nunca entendía por qué si pedían que alguien hiciera algo que supiera y lo hacías de manera eficiente te tachaban de ir de lista o de qué ibas o cuáles eran tus intenciones… Y si esto pasa por estos mínimos detalles absurdos y nimios podemos extrapolar esto a cualquier ámbito.
Reconozco que me costaba mucho llegar a entenderlo en aquellos momentos porque yo siempre valoraba por encima de todo la eficiencia de las personas en el terreno laboral y no entendía que precisamente pudiera ser criticada o juzgada justo por ello. En mi caso, siempre he admirado a las personas que actuaban con seguridad y confianza y lo he visto como algo positivo.
No quiere decir que todo el mundo ni que todas las mujeres sean así ni muchísimo menos, pero desde que comencé a trabajar hace ya diecisiete años, al menos una mujer siempre ha estado involucrada en este tipo de situaciones (insisto en que aqui no se trata de atacar a la mujer ni mucho menos sino de contar solo mi experiencia en este caso). Y hace poco comenzaba a pensar sobre ello ya que desde que me dedico al mundo de la belleza y el maquillaje durante los cursos me doy cuenta de la cantidad de inseguridades que las mujeres tenemos. Esto es como todo en la vida, ya que el problema nunca está en el exterior, como es lógico suponer, sino que viene de más adentro.
De hecho, en mi caso particular, durante años pensaba que el problema era mío. Algo había en mí que no gustaba a otras mujeres y que estaba mal mostrarse inteligente o eficiente porque nunca llevaba a nada bueno porque si no sería rechazada. Con muchas mujeres me encontraba con un muro en este sentido. Si destacabas por algo que fuera bueno, alguna mostraba el rechazo y hacía que lo vieras. Esto no sólo en el ámbito laboral sino en general (ya hablaré en otro post sobre el por qué de esto justo más entre mujeres aunque también se da en los hombres). Hace muy poco, de hecho, iba a asistir a un curso y al llegar éramos unas cuantas mujeres fuera y sólo por el hecho de decir que pasáramos dentro que fuera hacía frío y entrar dentro del recinto ya una chica luego me confesó que había pensado: “Pero…ésta de qué va?” Y le pregunté que cuál era el motivo, ya que aquella frase y comentario eran totalmente “neutros”, porque me interesaba realmente conocer cómo había llegado a aquella conclusión y me dijo que siempre le pasaba. Que ella estaba trabajándose mucho a nivel interno porque se daba cuenta de que cuando se hacía esta pregunta significaba que algo había en mí que ella rechazaba porque ella se sentía mal por ello… y me dijo que se dio cuenta de que al ver a una mujer que parecía que tenía confianza en si misma o que pisaba con paso firme o hablaba con voz con seguridad ella siempre pensaba eso de “y esta de qué va?” en su mente.
Como podemos ver, finalmente todo está en una gran base de inseguridad de la persona que se siente atacada por otra simplemente ya con su sola presencia, o con su voz o con sus movimientos, sólo porque se pueda intuir que tiene seguridad en sí misma.
Y puestos a vernos en todos los casos y no sólo del caso de sentir “rechazo” de otras personas hacia mí por esto sino que yo también encontré momentos en mi vida en los que, aun sin decirlo a nadie, había pensado algo similar en algunas situaciones acerca de otra persona y justo era en las épocas en las que más inseguridades podía tener. Es cierto que casi siempre lo veía como una virtud a la que aspirar pero es verdad que, si alguna vez he sentido esa punzada negativa, ha sido porque me daba información acerca de algo que no estaba bien en mi, obviamente, no era culpa de la otra persona ni hablaba de ella, sino que me hablaba de mí y me hacía de espejo invertido al final (“lo que hay en tí me molesta porque es algo que a mí me gustaría al final y me habla de una carencia mía más que de un exceso o defecto tuyo”).
Por eso, la pregunta que formulo al principio es tan importante. Si cuando estás junto a personas que se ven seguras de si mismas o que muestran confianza en lo que dicen o hacen (no me refiero a personas desagradables ni bordes ni intransigentes de las que no se callan nada porque se sientan con derecho a todo y a hablar mal. Para mi la seguridad no se muestra siendo agresivo. Hablo de una seguridad en una misma real, donde se ve que la persona está en paz consigo misma) te sientes mal o incómoda o se despiertan en tí deseos de criticarla o etiquetarla o juzgarla o incluso sentirte mal contigo misma sintiéndote inferior de alguna manera, sin más, sólo por eso, trata de analizar qué es lo que hay en tí que no te gusta con respecto a tu propia seguridad y confianza en tí misma.
Si, por el contrario, no sientes nada negativo sino neutro o positivo o incluso admiración y no rechazo, significa que tu autoestima y tu autoconfianza y seguridad en tí misma van por el buen camino.
Lo curioso es que a raíz de entender que al final las personas que se sienten atacadas o incómodas de alguna manera ante otras personas que se ven seguras no es más que por sus propias inseguridades y miedos, podemos ponernos en el lugar de la otra persona y no sentirnos atacadas sino entender el por qué les pasa esto.
Todas tenemos inseguridades, como es lógico y hemos de ir trabajando en ello pero el hecho de darse cuenta y “pillarse” a una misma sintiéndose mal al estar junto a alguien seguro de si mismo ya es un primer paso para poder comenzar a darnos cuenta de que no es la otra persona la que está mal o la que va de lista o la que es muy listilla o sabionda o de qué va ella… sino que debemos parar un momento y mirar hacia dentro, hacia nuestro interior, para ver qué me quiere decir todo esto que estoy sintiendo en este momento.
Qué información me está dando sobre mí esa reacción y esas emociones negativas que al final son las grandes maestras.
Ten por seguro que en el momento en el que dejes de percibir esta sensación de juzgar o criticar de manera gratuita a personas seguras de si mismas significará que tú eres una de ellas. Y, repito, obviamente, no significa que por esto seamos perfectas. Aquí no se trata de perfección ni mucho menos, sino de ir evolucionando y ganando en autoestima y en seguridad en una misma que para mí es la base de todo. Si estás bien por dentro todo se reflejará por fuera y vivirás muchísimo más feliz pero es fundamental entender que todo comienza por nuestros propios miedos e inseguridades y no hay que pisar a otra para pasar yo por encima sino solo ser mejor persona cada día y pasar por encima de tí misma y de tus inseguridades pero siempre desde el cariño, sin auto boicotearte ni hacerte daño. La clave para una autoestima sana comienza con el respeto a una misma. De ahí todo lo demás irá surgiendo.
Muchas gracias por leerme y haber llegado hasta aquí. Espero haber podido contribuir de alguna manera a que mires hacia dentro y pongas el foco en tu interior en lugar de en lo que ves fuera de los demás.
Un abrazo
Ana Aparichi