
ENEATIPO 8: EL DESAFIADOR, EL JEFE. ENEAGRAMA DE LA PERSONALIDAD
El Desafiador eneatipo 8.
Las personas con este tipo de personalidad son esencialmente incapaces de dejarse ser dominadas, bien sea por otros o por sus propias circunstancias o entorno; Intentan con todas sus fuerzas llevar las riendas de su propia vida. Poseen una gran fuerza de voluntad y son personas prácticas, cabezotas y enérgicas. Tienden a ser dominantes. Su obsesión con no ser controlados por otros se manifiesta precisamente en que necesitan tener el control de los demás o de la situación que sea, en su lugar.Cuando están sanos y equilibrados, esta tendencia se tiene bajo control, pero esa tendencia al final no deja de estar siempre ahí y en cualquier momento puede asumir un papel central en las relaciones interpersonales de los Ocho.
Los Ocho esperan mucho de la vida y quieren sentirse plenamente preparados para salir ahí fuera y conseguirlo. Necesitan ser financieramente independientes y a menudo tienen un fuerte desempeño en el trabajo para poder lograrlo. La mayoría de los Ocho siempre acaban encontrando un camino para ser financieramente independientes mientras que se mantienen en paz con la sociedad y permanecen integrados, aunque existen también otros que para suplir esta necesidad digamos que salen fuera de la sociedad con una mentalidad un poco de “fuera de la ley”. Por eso, es importante siempre distinguir entre un tipo de personalidad en estado sano y equilibrado y en estado insano o cuando el eneatipo y el instinto toman el control.
¿Dónde tapa su vulnerabilidad?
Al eneatipo 8 le cuesta mucho bajar las defensas en las relaciones íntimas, ya que la intimidad al final comprende vulnerabilidad emocional y dicha vulnerabilidad es uno de los grandes miedos del 8. Teme ser vulnerable y que puedan pensar que es débil y se aprovechen de él o le puedan hacer daño. Rendirse para ellos es intolerable y puede provocar una respuesta muy potente por parte del Ocho que se siente vulnerado o intimidado. Por eso, es en las relaciones íntimas donde más se ve el juego de control que ejerce el 8 y donde más importancia adquieren las cuestiones de confianza para este eneatipo. La confianza es vital. Pero mientras que para un 8 se hace difícil confiar plenamente, cuando un Ocho toma a alguien bajo su protección y se gana dicha confianza se establece una alianza y una amistad para siempre. Cuando entras en el círculo de seres queridos y protegidos por el Ocho para este eneatipo ya te conviertes en familia y en su protegido y le gusta tomar el papel de mentor.
Los instintos de protección tan poderosos del Ocho se pueden ver claramente cuando alguien trata de hacer daño a familia o amigos o perciben algún tipo de amenaza hacia ellos y automáticamente los toma bajo su cuidado y hará todo por protegerlos y defenderlos, con uñas y dientes.
Suelen tener cierta tendencia a la ira, al enfado. Cuando son duramente provocados o cuando su personalidad no está equilibrada y bajo control, estos estallidos de ira pueden convertirse en violencia y agresividad.
Los Ochos insanos y desequilibrados pueden llegar a ser realmente agresivos. Dichos Ochos disfrutan intimidando a los demás a los que ven “débiles”. Pueden ser rudos, brutos y peligrosos en estos casos, pero de nuevo, siempre refiriéndonos al estado más insano de este eneatipo.
¿Con quién pueden malidentificarse?
Las mujeres Ocho es mucho más fácil que se malidentifiquen (que les cueste más identificarse en este eneatipo) que los hombres Ocho, ya que muchos de los rasgos típicos de la personalidad tipo Ocho han sido mermados en las mujeres, por la sociedad y quedan mucho más ocultos o tapados y son menos evidentes. También, lo más fácil es que otros eneatipos se malidentifiquen como Ochos, como por ejemplo el 6 contrafóbico que suele pensar que su agresividad es propia de Ocho pero no se dan cuenta de que esta agresión surge de su tan arraigada ansiedad que les cuesta reconocer. Los Siete también pueden confundirse con el Eneatipo 8 pero no tienen esta intensidad al enfocarse clásica del 8 y aunque los eneatipo 7 y 8 tienen personalidades muy enérgicas, los 8 tienen una energía física y potencia mientras que la energía del 7 es más mental. También los 4 subtipo sexual o transmisor (de los que se dice que parecen más 8 que el 8) pueden confundirse pero bajo el 4 siempre está esa emocionalidad de subidas y bajadas que el 8 tapa por sentir que es vulnerable o débil (al 4 le gusta recrearse en todas estas emociones sean las que sean incluyendo las del sufrimiento y el dolor y la tristeza y melancolía mientras que las emociones más típicas visibles del 8 son la pasión y la lujuria o alergia frente al enfado).
¿Cuál es su pasión, su motivación y mayor necesidad así como su mayor virtud?
Las personas del eneatipo 8 siempre buscan y quieren más y más, de ahí que su pasión o pecado capital sea el de la lujuria, porque buscan la intensidad en todo lo que viven. Quieren la casa más grande, el coche más grande, un salón enorme donde jueguen todos sus seres queridos, por ejemplo. Siempre tienen ese deseo o necesidad de expandirse hacia fuera. Son un torrente de energía y pasión por lo que toda esa energía se manifiesta en forma de fuerza o de clásico macho o hembra alfa. Simplemente estando quietos de pie se puede sentir esa energía vital que poseen. Las personas eneatipo Ocho desprenden fuerza y confianza en si mismas y ven lo que quieren y van a por ello. Cuando están equilibradas son personas honestas, líderes, gente a la que le encanta empoderar a los demás y les empuja con fuerza a conseguir lo que se propongan. Son los abanderados del “SÍ, SE PUEDE” y su necesidad básica es sentirse CAPACES. Muchas veces se dice que su necesidad es sentirse fuertes y poderosos pero es más en el sentido de SI, PUEDO o YO SOY CAPAZ (pensemos aquí en Clark Kent cuando se “transformaba” en Superman, eneatipo 8). De ahí que les encanten los retos y los desafíos y que siempre se pongan metas para superarse y demostrarse (y demostrar a los demás) que pueden con todo lo que le echen.
En el interior de todo Ocho existe un “ochito de peluche” que se empeña en esconder y tapar bajo muchas armaduras para no mostrar la vulnerabilidad de la que hablábamos antes, ya que no quiere dar pena a nadie, ni parecer débil y así nadie podrá pisarles o aprovecharse de ellos, ya que su temor también es al final el rechazo y el que les hagan daño, puesto que sufrieron una infancia con bastantes dificultades donde se forjaron esa creencia de “tengo que aprender a cuidarme yo solo y a ser fuerte para que nadie pueda hacerme daño ni abusar de su poder contra mí).
Siente especial debilidad por los niños e incluso los animales más indefensos, puesto que recuerda cómo en su infancia sintió ese abuso de poder por parte de otros o una traición de algún tipo (al eneatipo 8 le resuena mucho el término “traición” justo por esto) o donde se fomentaba el no dejarse abusar por otros, por lo que tiene un fuerte sentido de la justicia y no puede con el abuso de poder hacia la infancia o seres indefensos en general. No tolera la debilidad entendida como victimismo o queja de personas que considera que se quejan por nada o que son unos peleles o débiles, pero sin embargo, como vemos, muy distinto cuando siente esa inocencia y esa debilidad real ante la que se erige como un salvador protector y defiende al más débil.
Es justamente con los niños donde más se les puede ver ese lado tan tierno y sensible que tienen, ya que debajo de ese caparazón de macho o hembra alfa confiado y seguro de sí mismo, hay una parte realmente sensible que han tapado para no sufrir pero ahí está dentro esa inocencia que es precisamente su mayor virtud frente a la lujuria que era su pasión o pecado capital.
Y bueno, hasta aquí este resumen del eneatipo 8, que tiene aún muchas más características que incorporar pero que ya iremos viendo poco a poco al hablar más adelante de los subtipos, de las alas, de las flechas de integración y desintegración, de los distintos niveles de desarrollo, de cómo es a nivel laboral y en sus relaciones y de qué pasos seguir para avanzar hacia su mejor versión.
Un abrazo
Ana Aparichi